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viernes, 6 de julio de 2012

Hasta que llegó su hora


“Centauros del desierto”, “Rio Bravo”, “Grupo salvaje”, “Sin Perdón”... excelentes westerns todos ellos. Magníficos, irrepetibles... sublimes, tal vez.

Sin embargo, por encima de ellos, un peldañito tan sólo, se encuentra esta inconmensurable obra maestra.


La exigua carrera cinematográfica de Sergio Leone constituye un modélico ejemplo de evolución cualitativa. El italiano superaba película tras película las expectativas creadas por su propio público forjando trabajos de cada vez mayor envergadura. Tras finiquitar la trilogía del dólar, Leone decidió oficiar la extremaunción definitiva del spaghetti-western. Pero en lugar de optar por la vía rápida y pegarle dos balazos como cualquier cowboy que se precie haría con un caballo malherido, el gran Sergio decidió escenificar una lenta y agónica danza de la muerte. Para ello contó con la inestimable colaboración de un amigo de la infancia, el insigne compositor Ennio Morricone, sin el cual ese efecto multiplicador que comenta Tomine nunca hubiera sido posible.



Recomiendo a todos aquellos que jamás hayan experimentado el tan cacareado “efecto Stendhal” a que disfruten y paladeen este film. Sin nervios. Sin prisas. Degustándolo plácidamente. Secuencias como la llegada de Jill a la estación de Flagstone o el duelo final entre Harmónica y Frank son, además de antológicas, excelentes testimonios que constatan de qué manera pueden estimularse sensibilidades tan burdas y cavernarias como la mía.


Sergio Leone realiza uno de los mejores trabajos de su carrera, sólo superado en parte por "Érase una vez en América", demostrando que además de ser un cinéfilo de verdad y conocer el género como pocos tiene la suficiente calidad para aportar también algo nuevo. Y es que eso es lo esencial, que además de homenajear con gran gusto sabe innovar. Lo nuevo y lo antiguo unidos para una película sensacional.

¿Cuantas escenas son inolvidables de esta película? Solamente por el duelo final, el mejor de la historia del cine, ya valdría recordarla pero es que sus diálogos son cortantes, memorables y exactos, nada sobra, nada falta. Y es que el guión aunque a veces resulte artificioso tiene una economía narrativa envidiable y unos diálogos memorables sobre todo obra de Sergio Donati director de clásicos del spaguetti-western como "El halcón y la presa" y "Cara a cara".


Los actores están de lujo, desde una bellísima Claudia Cardinale que realiza uno de los papeles femeninos más importantes en toda la historia del western a un Charles Bronson que demuestra que siempre será el mejor en lo suyo pasando por un Jason Robards que realiza un papel que le encandiló a Peckinpah y sería fichado para hacer "La balada de Cable Hogue". Pero si alguien se sale del mapa es Henry Fonda, que lástima saber que haciendo de malo es mejor que haciendo de bueno, porque nos perdimos una gran carrera profesional y eso que la suya es una de las más grandes de siempre.

Las instantáneas de Almería y de Monument Valley son inolvidables tomadas por el mismo director de fotografía de películas de Pasolini y Godard, Tonino Delli Colli, ahí es nada.


Y que decir de la música de Morricone con temas como "Like a judgament", una de las mejores bandas sonoras de todos los tiempos, tan buena que Kubrick sólo pensaba en contratar a Morricone aunque al final no lo consiguió.

Pero sobre todo y todos hay que destacar a Sergio Leone que se doctora con esta película, el partido que saca a esta sencilla historia de venganza para convertirla en una de obra de arte pictórica y operística es incomparable.


Con "Hasta que llegó su hora" podemos hablar de un punto de inflexión en la historia del western que ya nunca sería igual. En los años setenta sería ya Leone quién influiría en las películas del oeste norteamericanas, algo inaudito hasta entonces.

Y como casi siempre ocurre en estos casos la película tuvo discrepancias en la acogida mientras que en Italia, Francia o Alemania, en Europa en general, fue un éxito en Estados Unidos no terminó de cuajar entre otras cosas por el recorte de minutos que sufrió el film que lo hacía confuso. Hoy es un clásico con mayúsculas.


TÍTULO ORIGINAL C'era una volta il west (Once Upon a Time in the West)
AÑO 1968




DIRECTOR Sergio Leone
GUIÓN Sergio Leone, Sergio Donati (Historia: Dario Argento, Bernardo Bertolucci, Sergio Leone)
MÚSICA Ennio Morricone
FOTOGRAFÍA Tonino Delli Colli
REPARTO Claudia Cardinale, Charles Bronson, Henry Fonda, Jason Robards, Gabriele Ferzetti, Frank Wolff, Woody Strode, Jack Elam, Lionel Stander, Paolo Stoppa, Keenan Wynn
PRODUCTORA Paramount Pictures
PREMIOS 1968: Premios David di Donatello: Mejor producción


SINOPSIS Brett McBain, un granjero viudo de origen irlandés, vive con sus hijos en una zona pobre y desértica del Oeste americano. Ha preparado una fiesta de bienvenida para Jill, su futura esposa, que viene desde Nueva Orleáns. Pero cuando Jill llega se encuentra con que una banda de pistoleros ha asesinado a McBain y a sus hijos.
CRÍTICAS ----------------------------------------
Casi 3 horas del mejor spaghetti western; con la violenta receta escrita por Bernardo Bertolucci y Dario Argento, Sergio Leone cocina una venganza a fuego muy lento bajo el ardiente sol del desierto americano. En la memoria queda la forma en la que el director exprime el tiempo para conseguir tensión, un maravilloso malvado Henry Fonda, la banda sonora inolvidable de Morricone (con su armónica premonitoria de sus magníficos duelos de miradas y pistolas) y, por supuesto... ¡Claudia! Nunca el sudor fue tan erótico. 
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"Film imprevisible que deja patente las características que hicieron famoso el cine de Leone. Lástima que su largo metraje rebaje la calidad final" (Fernando Morales: Diario El País)
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