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lunes, 20 de agosto de 2012

Joe Kidd

Es un western muy irregular, que  tiene un comienzo muy flojo, un nudo bastante aceptable, que correspondería con toda la parte de la “cacería”, y un final que no es precisamente brillante.

La factura también es extraña, porque aún teniendo mimbres de primera, como el productor, el mismo de “Los violentos de Kelly”, un reputado guionista especialista en el género como Elmore Leonard, un director veterano y prestigioso como John Sturges (que aunque es cierto que estaba en los setenta en la cuesta debajo de su carrera, todavía hizo títulos muy interesantes como aunque “Ha llegado el águila”), y luego tienes a dos actores del nivel de Clint Eastwood y Robert Duvall, que ya suman puntos por sí solos... pues con todo y con ello, la suma no da la talla de un gran western..

Es una película fallida, ya en su concepción, en un momento que el género interesaba muy poco al público, y que hasta el título es poco atrayente e imaginativo para un western de tipo crepuscular.

Los decorados también son muy malos, las casas parecen de cartón piedra, y todo el rodaje en interiores está mal fotografiado, muy cercano a un telefilm cutre y carente de esmero. Mejora y mucho la película cuando está se vuelve más épica, más aventurera, en las escenas de exteriores y de montaña la película se vuelve cuando menos interesante.

Pero si quieren pasar un rato no muy largo con uno de los mayores iconos del western como es Clint, “Joe Kidd” es una opción nada desdeñable.

Hablamos del final. El mensaje es claro: Si usted tiene un problema, debe confiar en la justicia, en ningún caso se suba al monte a pegar tiros. Puede parecer un mensaje conservador, pero al fin y al cabo es un mensaje muy de Estado democrático, el respetar el imperio de la Ley. Entiendo que el fan de Eastwood, acostumbrado a resolver sus propios problemas, no acepte esa mediación de otros, y más de la autoridad. En España todavía tenemos a unos individuos que van por ahí con pistolas con el objetivo de conseguir metas políticas. El caso es que ese cambio en el pensamiento de Joe Kidd, un personaje solitario, que hace lo que le viene en gana y no acepta reglas sociales y mucho menos jurídicas, no es creíble su cambio casi repentino a la hora de recomendar al “rebelde” que dirima su litigio en los tribunales. 
 
 
TÍTULO ORIGINAL Joe Kidd
AÑO 1972




DIRECTOR John Sturges
GUIÓN Elmore Leonard
MÚSICA Lalo Schifrin
FOTOGRAFÍA Bruce Surtees
REPARTO Clint Eastwood, Robert Duvall, John Saxon, Don Stroud, Stella Garcia, James Wainwright, Gregory Walcott, Paul Koslo
PRODUCTORA Universal Pictures


SINOPSIS Frank Harlam es un rico aristócrata norteamericano que contrata los servicios de Joe Kidd, un pistolero errante, para que acabe con un grupo de bandidos mexicanos que asola la región.
CRÍTICAS ----------------------------------------
"Western menor en la carrera del gran Sturges. Ahora bien, el cineasta siempre ofrece, cuando menos, una eficacia narrativa notable y una singular habilidad en el rodaje de las escenas de acción. Además, está Clint Eastwood" (Miguel Ángel Palomo: Diario El País)
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sábado, 11 de agosto de 2012

La venganza de Frank James

Primer western realizado por Fritz Lang sobre un total de tres. El guión, original de Sam Hellman (“Pasión de los fuertes”, Ford, 1946), construye una historia que da continuidad a la del film “Tierra de audaces” (King, 1939). Se rueda en escenarios naturales de Bishop, Lone Pine y Sonora (CA) y en los platós de Fox Studios (Century City, L.A.). Producido por Darryl F. Zanuck para la Fox, se estrena el 10-VIII-1946 (NYC).

La acción dramática tiene lugar en los estados de Missouri (Clay County, Liberty...) y Colorado (Denver), a partir del 3-IV-1882, fecha del asesinato por la espalda de Jesse James en Saint Joseph (Missouri) por Bob y Charlie Ford. Alexander Franklin “Frank” James (Fonda), hermano mayor de Jesse James, convertido en pacífico granjero, vive retirado en un lugar apartado y tranquilo, en compañía de Pinky (Whitman) y Clem (Cooper), hijo de un antiguo componente de la banda de Jesse James. Se hace llamar Ben Woodson. Cuando conoce que los asesinos de su hermano han sido indultados y puestos en libertad inmediatamente después de ser condenados por los Tribunales de Justicia, decide vengar la muerte del hermano. Frank, de 39 años (nacido en 1843), aficionado a la lectura, en especial de las obras de Shakespeare, antiguo soldado sudista, es generoso y de temperamento pacífico. Ha tomado a su cargo a Clem (Cooper), de 18 años, simpático hijo de un antiguo miembro, ya fallecido, de la banda de su hermano Jesse James.

El film suma drama, comedia, acción y western. El éxito de taquilla de “Tierra de audaces” hace que la Fox piense en realizar una secuela, cuya dirección encomienda a Fritz Lang. Éste había manifestado su afición al género, su fascinación por la mitología del western, su admiración por la ética del Viejo Oeste y su interés por la historia del país. Es también el primer trabajo del realizador en color. Lang hace sus tres westerns como consecuencia de sus gustos y preferencias. Los realiza, además, con interés, afición y aportación de ideas personales. En los tres trata un tema particularmente grato para él, como es el de la venganza y el de la difícil redención.

Focaliza la atención en el drama interior del protagonista, un antihéroe, compañero de correrías de su hermano menor Jesse James y como él dado a robar a los ricos para ayudar a los menesterosos. Enemigo de las armas de fuego, pacífico y opuesto a todo tipo de violencia, Frank se ve obligado a enfundar las pistolas por lo que para él es el deber ético de vengar la muerte de su hermano. Asume su misión como una pesada carga y con un profundo desgarro interior. A lo largo del relato en varias ocasiones el protagonista se ha de enfrentar a disyuntivas morales que rubrican su integridad moral, complican su vida y amplían las dimensiones de su sacrificio interior. Frank James como vengador y justiciero es un hombre atormentado y amargado.
 
El realizador explora la venganza como causa desencadenante de la acción. De todas las cuestiones que el tema plantea, le interesa sobre todo analizar la venganza concebida como imperativo moral en el marco de una sociedad imperfecta donde la justicia es más una aspiración que una realidad. Frank no emprende su aventura con el deseo de sustituir a los Tribunales, sino como resultado de la tergiversación de la sentencia a cargo de decisiones gubernativas caprichosas.

Lang se complace en analizar la sociedad del Medio Oeste, habitada por personajes duros, violentos, complejos, caprichosos e impredecibles. Ofrece varios trazos sobre las rivalidades entre el Norte y el Sur que se mantenían casi 20 años después de finalizada la contienda civil. Los tres westerns de Lang son el que comentamos, “Espíritu de conquista” (1941) y “Encubridora” (1952).

El estilo narrativo se caracteriza por la concisión y la economía de medios. Evita las secuencias de transición y hace uso de frecuentes elipsis, que confieren al relato una notable agilidad. El ritmo narrativo es intenso. El recurso reiterado al humor aumenta el interés del relato y le confiere un atractivo que conquista la complicidad del espectador. La interpretación de Fonda es magnífica. Destacan la de John Carradine en el papel de malvado, fanfarrón y cobarde, y la de Henry Hull en el papel del histriónico, exagerado y cómico mayor Rufus Cobb. Gene Tierney debuta en cine con una intervención que supera lo que se podía esperar de ella en una primera ocasión. El film combina espectacularidad en las secuencias de acción e intimidad en las escenas familiares. El drama interior del protagonista es el centro dramático del film. La puesta en escena sobresale por la precisión y excelencia.

La banda sonora, de David Buttolph (“Juntos hasta la muerte”, 1949), crea una partitura descriptiva destinada a cumplir funciones de explicación y acompañamiento. Ofrece pasajes variados, ricos en matices y de concepción compleja e ingeniosa. La fotografía, de George Barnes (“Tierra de audaces”), en color (technicolor) muestra unos paisajes áridos, secos, duros y atormentados, que evocan la manera de ser y los sentimientos de los protagonistas. Admira las perspectivas solemnes y las frías cumbres nevadas de las Montañas Rocosas (Colorado).

Western de referencias sombrías, grato y entretenido.

TÍTULO ORIGINAL The Return of Frank James
AÑO 1940




DIRECTOR Fritz Lang
GUIÓN Sam Hellman
MÚSICA David Buttolph
FOTOGRAFÍA George Barnes & William V. Skall
REPARTO Henry Fonda, Gene Tierney, Jackie Cooper, Henry Hull, John Carraidine, J. Edward Bromberg, Donald Meek
PRODUCTORA Twentieth Century-Fox


SINOPSIS Cuando los periódicos publican la noticia del asesinato de Jesse James, su hermano Frank, que desde hace años vive con una identidad falsa (Ben Wooden), decide abandonar su pacífica vida de granjero para vengar su muerte.

viernes, 10 de agosto de 2012

El forajido





Un pequeño clásico del western que se debe recuperar injustamente olvidado, donde el amor, la venganza, la traición y sobre todo la amistad, están muy bien presentes. No hay ni buenos ni malos, algo de agradecer, y además revisa de forma original el tema de Pat Garret, Doc Hollyday, Billy el niño... todos los mitos del western americano.




Thomas Mitchell, vuelve hacer un papel estupendo confirmando que ha sido uno de los mejores secundarios de la historia del cine. Jane Russell ("Los caballeros las prefieren rubias") además de guapa confirma que tiene un aire perturbador en pantalla constantemente. Jack Buetel está quizá más flojo en el papel de Billy el niño apuntando ya que sería un actor de tercera fila, aún así en "El forajido" hace su mejor papel.


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Un guionista de primera fila como el olvidado Jules Furthman autor de "El expreso de Shangai", "Tener y no tener" o "Río Bravo".

Seguro que Howard Hughes, "El aviador" de Martin Scorsese -película que narra sus aventuras (interpretado por Di Caprio) guardó durante mucho tiempo en sus retinas la figura sensual, erótica casi lujuriosa de Jane Russell, de grandes senos bajo el satín de su blusa y echada sobre la paja de la granja.

Es comprensible que Howard perdiese la cabeza por ella.

Howard Hughes fué un constructor y empresario aeronáutico pero también productor de cine, entre ellas "Scarface" o "El conquistador de Mongolia" (la mítica película donde contrajo cáncer John Wayne entre otros).

Este texano no dirigió muchas películas, tan solo dos, la primera "Ángeles del infierno", que significó un despilfarro de dinero y la segunda este western que sin ser el coste su problema tuvo otros como la censura por los pechos prominentes de la belleza de Jane Russell.

Una estupenda fotografía de uno de los más grandes de todos los tiempos, Gregg Tolland, fotógrafo de "Las uvas de la ira", "Ciudadano Kane", "La loba", "Cumbres borrascosas", "El forastero"... en fin lo mejor de lo mejor.






Se nota la mano de Howard Hawks, bastante amigo de Hughes, a pesar de que no firmó la película muchos planos son suyos con total seguridad. De todas formas la película hereda del cine mudo el gusto por la estética más teatral y los fundidos en negro entre escenas más propios de los años 20 (cuando hizo la anterior película Hughes) que de los 40 donde el montaje estaba más depurado.

Era además una de las películas favoritas de Sergio Leone, en la que se inspiró para realizar la escena de los duelos en "La muerte tenía un precio" con el reloj de cuco.

Película muy recomendable e inexcusable para amantes del género.


TÍTULO ORIGINAL The Outlaw
AÑO 1943




DIRECTOR Howard Hughes
GUIÓN Jules Furthman
MÚSICA Victor Young
FOTOGRAFÍA Gregg Toland (B&W)
REPARTO Jane Russell, Jack Buetel, Thomas Mitchell, Walter Huston, Joe Sawyer, Mimi Aguglia, Gene Rizzi
PRODUCTORA RKO


SINOPSIS Billy el Niño y Doc Holliday huyen del sheriff Pat Garret, que antes había sido su amigo. Los forajidos llevan consigo a la mestiza Río, que es la chica de Bill. Las peleas entre los dos amigos son constantes: cuando no es por los caballos es por Río.

viernes, 3 de agosto de 2012

Dodge, ciudad sin ley

Película estrenada en 1939, año prolífico como pocos en grandes obras puestas al servicio de la pantalla. Su realización se encomendó al equipo formado por Michael Curtiz, Errol Flynn y Olivia de Havilland, que tan bien había funcionado en ocasines anteriores ("El capitán Blood") y que tan buen resultado dio en esta ocasión. La historia describe la epopeya de los hombres y mujeres que, tras la guerra civil, se volcaron en la conquista de las tierras del Oeste, con la ayuda inestimable del ferrocarril. Contiene escenas magistrales de grandes peleas, praderas idílicas llenas de búfalos, villanos sin escrúpulos poseídos por la codicia, multitudes dispuestas a tomarse la justicia por su mano, escenas que muestran la superioridad del tren, secuencias de luchas a tiros llenas de emoción, grandes caravanas de carros y de ganado vacuno. Sobre todo, destaca el arrojo, la valentía y la generosidad de unos héroes, que como Wade Hatton (Flynn) y Amie Irving (Havilland) están dispuestos a luchar sin desmayo para imponer el orden y hacer que prevalezca la ley y la justicia. La música, soberbia y emocionante, es obra de Max Steiner. Dirección de mérito, habilidosa e ingeniosa, a cargo de Michael Curtiz, uno de los recursos más potentes de la Warner en aquellos momentos. La interpretación de los dos protagonistas es magnífica. La obra constituye uno de los exponentes más brillantes de los western clásicos de mayor renombre.

Que un tipo como Errol Flynn fuera capaz de interpretar a otro como Wade Hatton habla de la desfachatez y la poca vergüenza del personaje. De Errol, claro. Me gustaría saber cómo fue la propuesta de Curtiz y de la Warner: “oye Errol ¿quieres interpretar a un vaquero que se mete a sheriff y que acaba con el alcohol, el juego y las mujeres de una ciudad pionera del far west?”. Supongo que Errol pensaría que mientras no se lo exigieran en la vida real pues él encantado. Así podría seguir “golpeando el piano” y siendo el rey de las noches hollywoodienses.
Porque luego Errol era un gran actor. De los carismáticos. Y si tenía a su “niña” Olivia al lado pues mejor. Ambos, juntos, brillaban como muy pocos. Muchísima química y compenetración la de dos actores que con su sola presencia llenaban la pantalla. Y eso que no hacía demasiada falta porque estamos ante una film colosal, que no ahorra en medios de producción, ni en vestuario, ni en escenarios, ni en extras…ni en nada que minimice en un ápice el estilo del director, de los estudios y de la época. Además, está adornada con la espectacularidad del Technicolor para darle al film una dimensión pictórica inigualable y para regalar estampas de esas que no se olvidan.
Y es que esos colores…hacen de las puestas de sol, de las siluetas, de las infinitas praderas, de las peleas de salón, de los interminables rebaños o de un simple riachuelo donde Olivia recoge agua, algo espectacular, vivo, lleno de pasión y que respira cine por todos sus poros. Luego está la idealización y demás tópicos wensterianos (que a mí me encantan, claro) que indudablemente hacen su aparición. Pero es que esto es Curtiz, Errol y Olivia. Cine de después de comer, para ver con una sonrisa en la boca y para imaginar disfrutándola en un sala de cine con una súper pantalla, con la música de Steiner atronando, y pensar: ¡qué grande es el cine!

Dodge, ciudad sin ley es un film espectacular y precioso.

Espectacular porque nos muestra la mejor pelea de saloon de la Historia del western, unos decorados soberbios, un vestuario notable y multitud de variopintos personajes. Porque Errol Flynn brilla a gran altura sin cantar aquí como en Robin de los bosques. Porque Curtiz imprime buen ritmo y una composición de imágenes sensacional.

Precioso porque consigue que simpatices con la oligarquía dominante del Oeste retratándolos como buenas personas (la secuencia primera del tren y luego el pique con la diligencia). Porque notas que hay alegría en uno de los primeros westerns de Hollywood. Porque todavía los roles de malos malosos están verdes en la historia del género y da mucho juego. Porque Errol Flynn aunque sea el héroe, el sheriff y el guapo, consigue caerte bien por su caballerosidad y rectitud con que acomete los distintos sucesos. Que no es Gladiator, vamos... Y porque todo transcurre como debe ser y sin giros estúpidos. Y porque, ante todo, estamos ante uno de los films en que se basaran maestros de la talla de Ford o Hawks para futuros westerns.


TÍTULO ORIGINAL Dodge City
AÑO 1939




DIRECTOR Michael Curtiz
GUIÓN Robert Buckner
MÚSICA Max Steiner
FOTOGRAFÍA Sol Polito
REPARTO Errol Flynn, Olivia de Havilland, Ann Sheridan, Bruce Cabot, Frank McHugh, Alan Hale, Henry Travers
PRODUCTORA Warner Bros. Pictures


SINOPSIS Kansas, 1866. Errol Flynn intenta imponer el orden y la justicia en Dodge City, una próspera ciudad a la que llega el ferrocarril, pero que está dominada por un cacique y su banda de pistoleros. En su empeño le ayuda Olivia de Havilland, la sobrina del médico local.
CRÍTICAS ----------------------------------------
"Maravilloso film de factura técnica perfecta y unas interpretaciones que brillan a gran altura" (Fernando Morales: Diario El País)
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jueves, 2 de agosto de 2012

Que viene Valdez

Western sumamente intenso y vibrante en su desarrollo, el cual nos presenta una historia que puede pecar de simple y maniquea, pero también es cierto que no te hace perder nunca la atención ya que el relato es trepidante de principio a fin.

La trama nos presenta la típica situación donde un hombre buscará hacer justicia por mano propia ante un hecho aberrante. También es convencional la situación que se presenta donde es un solo hombre el que debe batallar con cientos de bandoleros corruptos.

Ya que estamos citando las debilidades, también es cierto que es muy poco creíble ver a tantos rubios de ojos celestes interpretando a personajes que tendrían que tener otras facciones y otro “tono” en el color de la piel.

Es verdad además que la cinta va de mayor a menor, que una vez presentado el conflicto narrativo que entusiasma bastante, el mismo es rematado de manera irregular y muy poco creíble, a ello contribuye también un montaje al que se le notan las costuras en varios pasajes.

Es una pena que la cinta no haya mantenido el nivel del principio y del nudo argumental, pues no puedo dejar de reconocer que la película a grandes rasgos me entretuvo y no me hizo pestañear ni un solo momento, que me encantaron las interpretaciones sobre todo por el carisma y el porte de los actores, y que me pareció en gran parte del metraje un western muy trepidante que logra fácilmente sintonizar con el espectador y atraparlo con su propuesta argumental.

En fin, un western que sería mucho mejor de lo que es en realidad de haber contado con una mejor dirección y de haberse cuidado más algunos detalles. Aun así es interesante en todo momento.

TÍTULO ORIGINAL Valdez Is Coming
AÑO 1971




DIRECTOR Edwin Sherin
GUIÓN Roland Kibbee, David Rayfiel (Novela: Elmore Leonard)
MÚSICA Charles Gross
FOTOGRAFÍA Gábor Pogány
REPARTO Burt Lancaster, Susan Clark, Frank Silvera, Jon Cypher, Richard Jordan, Barton Heyman, Hector Elizondo, Phil Brown, Ralph Brown
PRODUCTORA 20th Century Fox


SINOPSIS A la hora de defender la ley y el orden, el antiguo sheriff fronterizo Bob Valdez (Burt Lancaster), un maduro defensor de la ley, mitad mexicano, mitad americano, ha sido siempre un remanso de sensatez en un mundo de locos. Frank Tañer (Jon Cypher) sin embargo, es el polo opuesto: un hombre avaricioso, impulsivo y totalmente corrupto. Un día, Tanner provoca un tiroteo que ocasiona la muerte de un hombre inocente, y Valdez le ordena que compense económicamente a la viuda. Tanner se niega a obedecerle y se ríe en su cara. La reacción de Valdez no se hará esperar: desempolva su viejo uniforme, se ciñe la cartuchera y jura que hará justicia y vengará su honor, cueste lo que cueste.

Vera Cruz


Robert Aldrich estaba muy acostumbrado a trabajar con actores magníficos, y en su mítico western 'Veracruz' no hizo ninguna excepción. Los dos protagonistas, Gary Cooper y Burt Lancaster están inmensos, además de estar acompañados de unos secundarios de lujo: Ernest Borgnine, Charles Bronson o Jack Elam, entre otros. Como anécdota, decir, que Sarita Montiel participa en el reparto, como también participaría posteriormente en otro western, 'Yuma' de Fuller. La trama está ambientada en la revolución mexicana, y los dos americanos (Cooper y Lancaster) harán todo lo posible en el viaje hacia el puerto de Veracruz para hacerse con el oro de los juaristas.

 
Hay que destacar la importancia que tuvo esta película, pues creó, nada más ni nada menos que el germen del spaghetti-western. El film, siendo de 1954, es bastante atípico, ya que contiene mucha violencia para esa época y porque los personajes son de lo más cínicos, egoístas y sin escrupulos. Se supone que Cooper es el héroe, pero no es ningún santo; por otro lado, tampoco fue el típico héroe implacable que tanto gustaba a los americanos en la irrepetible 'Solo ante el peligro'. Si nos fijamos bien, en 'Veracruz' se parece más al bueno encarnado por Clint Eastwood que al bueno clásico de John Wayne, Henry Fonda o al héroe complejo de James Stewart, por citar a los más míticos vaqueros del oeste. En la cinta todos van a por el oro, y no dudarán ni un instante en pisotear a los demás para conseguir su objetivo. Se comportan como el bueno, el feo y el malo. No hay más.


Y además hay constancia de que Sergio Leone conoció personalmente a Robert Aldrich, puesto que el italiano sustituyó a éste en una película que debía dirigir en Cinecittà: 'Sodoma y Gomorra'. Así pues, se puede añadir que el western 'Veracruz' fue la inspiración de Leone, junto al calco de 'Yojimbo', para popularizar de manera espectacular el spaghetti-western en la década de los 60.

En fin, imprescindible para amantes del género. 


Notable western dirigido por un Robert Aldrich que nos legó a parte de este, unos cuantos más con Burt Lancaster.



Los dos personajes principales, Ben y Joe, son dos hombres que buscan dinero, morirían por ello, esto es lo único en común que tienen ellos dos, pues Joe (Burt Lancaster) es el más bruto y alocado, mientras que Ben, más señorial y peculiar, aunque con el mismo objetivo, acompañados de un buen reparto como son Sara Montiel, Ernest Borgnine, Charles Bronson, César Romero, Jack Elam, Denise Darcel...



Aunque no nos encontramos ante el mejor western de estos dos titanes del cine, pero si de sus mejores, sus interpretaciones son de las más logradas, Gary Cooper, el noble por excelencia aquí se le ve menos, Burt Lancaster, el serio, el fuerte, aquí nos muestra su lado más "salvaje", desde mi punto de vista es una peli imprescindible en la carrera de estos artistas.

TÍTULO ORIGINAL Vera Cruz
AÑO 1954




DIRECTOR Robert Aldrich
GUIÓN Roland Kibbee & James R. Webb (Historia: Borden Chase)
MÚSICA Hugo Friedhofer
FOTOGRAFÍA Ernest Laszlo
REPARTO Burt Lancaster, Gary Cooper, Denise Darcel, Sara Montiel (AKA Sarita Montiel), César Romero, George Macready, Ernest Borgnine, Jack Elam, Charles Bronson, Jack Lambert
PRODUCTORA MGM / UA


SINOPSIS En 1864, con el apoyo de los conservadores mejicanos, Napoleón III de Francia (1852-1871) impone como emperador de Méjico a Maximiliano de Austria, lo que provoca la rebelión de los juaristas. En plena guerra civil, dos mercenarios americanos (Gary Cooper y Burt Lancaster), tratando de sacar partido de la situación, ofrecen sus servicios al mejor postor. Así es como conocen a una hermosa juarista (Sara Montiel) y a una condesa francesa (Denise Darcel).


Duelo de titanes

Producida por Hal B. Wallis ("Casablanca", 1942) para la Paramount, la película fue dirigida por el especialista en westerns John Sturges ("Los siete magníficos", 1960). Remake de "Wichita" (1955), de Tourneur, se inspira en el relato "The Killer", de George Scullin. Se rodó en color y vistavisión en Arizona y Paramount Ranch (California). Fue nominada a dos Oscar (montaje y sonido). Se estrenó el 30-V-1957.


La acción tiene lugar en Fort Griffin (Texas), Dodge City (Kansas) y Tombstone (Arizona), a lo largo de varios meses, que culminan en el duelo en OK Corral (26-X-1881). Narra la historia de Wyatt Earp (Lancaster), hombre de leyes, sheriff legendario por su esforzada y eficaz lucha contra el crimen, y su compañero y amigo John "Doc" Holliday (Douglas), antiguo dentista, tísico y jugador. Cuando Wyatt recibe una llamada de auxilio de su hermano Virgil (John Hudson), sheriff de Tombstone, acude en su ayuda contra el clan de los forajidos Clanton.
 
La película constituye un ejemplo emblemático de los westerns clásicos de acción, que giran en torno a una historia épica de lucha entre el bien y el mal. Wyatt y Doc son dos personajes solitarios, por su dedicación plena a la lucha contra el crimen o por su enfermedad, que encuentran uno en el otro la compañía y amistad que necesitan. El relato elogia la defensa de la ley y el coraje de sus servidores. Incluye, además, una interesante reflexión sobre la amistad, la familia y las relaciones entre hombre y mujer. La obra da fe de la marginación social y del sometimiento familiar de la mujer a finales del XIX, que se presenta con fino sentido crítico. En este sentido son destacables las escenas de Laura Denbow (Rhonda Fleming) en la mesa de juego, Kate Fisher (Jo Van Fleet) en su intento de salvar las relaciones con Doc y la esposa de Virgil durante la cena familiar. En el film la acción ocupa el primer plano de atención, a diferencia de lo que ocurre en "Pasión de los fuertes" (1946), donde ésta es desplazada a un segundo término en favor del clima lírico de la obra.

La música, compuesta y dirigida por Tiomkin ("Solo ante el peligro", 1952), aporta una partitura de viento de aires épicos y solemnes. Añade la balada "Gunfight At The OK Corral", a cargo de Frankie Laine, y dos solos silbados, antecedente de los de "Por un puñado de dólares" (1964) y "La muerte tenía un precio" (1965). La fotografía ofrece paisajes abiertos de amplios celajes, composiciones de luces fuertemente contrastadas y excelente dibujo y un diligente movimiento de cámara. El vestuario femenino, de Edith Head, es magnífico. El guión, del novelista Leon Uris, crea una historia épica de acción, sacrificio, valentía y amistad. Las interpretaciones de los dos protagonistas son encomiables. Destaca el rico elenco de grandes secundarios. La dirección imprime ritmo, tensión y continuidad a la acción.

La película suma al duelo de los dos héroes con los Clanton, el duelo interpretativo de dos grandes actores.


TÍTULO ORIGINAL Gunfight at the OK Corral
AÑO 1957




DIRECTOR John Sturges
GUIÓN Leon M. Uris (Artículo: George Scullin)
MÚSICA Dimitri Tiomkin
FOTOGRAFÍA Charles Lang Jr.
REPARTO Burt Lancaster, Kirk Douglas, Rhonda Fleming, Kate Fisher, Jo Van Fleet, John Hudson, John Ireland, Lee Van Cleef, Kenneth Tobey, Earl Holliman, DeForest Kelly, Dennis Hopper, Jack Elam
PRODUCTORA Paramount Pictures
PREMIOS 1957: 2 nominaciones al Oscar: Mejor montaje, sonido


SINOPSIS Wyatt Earp, el sheriff de Dodge City, se encuentra de nuevo con John "Doc" Holliday, un jugador borracho y tuberculoso a quien salvó la vida en una ocasión. Juntos tendrán que enfrentarse a la banda de los Clanton, una poderosa familia que tiene atemorizado a todo el pueblo.
CRÍTICAS ----------------------------------------
Narra el famoso enfrentamiento del sheriff de Tombstone Wyatt Earp y su amigo Doc Holliday con los Clanton, miembros de una poderosa familia de la zona. Las diferencias se dirimirán en un duelo en el O.K. Corral. Una de las mejores versiones de la legendaria historia, casi a la altura de la magistral "My Darling Clementine" (Pasión de los fuertes), de John Ford, y muy por encima de las adaptaciones más recientes, como "Tombstone" y "Wyatt Earp". 
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"Interesantísimo western (...) legendaria cinta que conserva, entre otros encantos, un impresionante duelo interpretativo y la gran fotografía de Charles Lang" (Fernando Morales: Diario El País)
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miércoles, 1 de agosto de 2012

La puerta del cielo

En si es un western; pero a diferencia de toda la mítica que lleva este género, “La puerta del cielo” es un western melancólico, pero tampoco con acomodo fácil en ese western crepuscular que ha dado tantas obras maravillosas. La visión de Cimino es histórica, casi antropológica, y recoge “el nacimiento de una nación”, como un parto doloroso, preñado de violencia entre una asociación de ganaderos y toda esa masa de inmigrantes que llegan a los EE.UU y que son vistos como un freno para el “progreso”. Sin duda, la elección de este argumento, presentado de un modo naturalista, sin disfrazar la violencia, explica parte de su fracaso. Es una película de digestión difícil, conmovedora en todos sus aspectos, que pasa fácilmente de una grandiosidad épica a una intimidad romántica con el genio de Cimino ofreciéndonos su mejor película.
El reparto es un capítulo aparte. Kris Kristofferson ofrece una actuación espléndida, comedida, pero llena tan llena de matices que con un simple primer plano puede mostrar el vacío en el que queda sumergido el personaje al final de esta historia; John Hurt, en permanente borrachera, y con un histrionismo decandente que tan bien le sienta al niño de papa que interpreta; Isabelle Huppert es la prostituta de la que todos se enamoran (y entendemos a todos por esto); y un magnífico C. Walken como asesino a sueldo. Todo en una historia de desengaños, traiciones, amistades, grandezas y miserias en la que siempre van a ganar los mismos.

Capítulo aparte merece la fotografía. Toda la melancolía de la historia está atrapada en el gran trabajo que realizó Vilmos Zsigmond, con una composición fotográfica preciosa (que no preciosista) y usando siempre la luz natural en unos claroscuros extremadamente bellos, con unas tonalidades cálidas y añejas (impresionante la primera secuencia con la fiesta de graduación en la Universidad de Harvad, parece que una postal tomara vida), tenebrosas en la violencia, o frescas en el amor; todo esto acompañado de una banda sonora tristísima, pero igualmente hermosa.


TÍTULO ORIGINAL Heaven's Gate
AÑO 1980




DIRECTOR Michael Cimino
GUIÓN Michael Cimino
MÚSICA David Mansfield
FOTOGRAFÍA Vilmos Zsigmond
REPARTO Kris Kristofferson, Isabelle Huppert, Christopher Walken, Jeff Bridges, Sam Waterston, John Hurt, Mickey Rourke, Brad Dourif, Terry O'Quinn, David Mansfield, Ronnie Hawkins, Joseph Cotten, Paul Koslo, Tom Noonan
PRODUCTORA United Artists
PREMIOS 1981: Nominada al Oscar: Mejor dirección artística
1981: Festival de Cannes: Nominada a la Palma de Oro (mejor película)
1981: Premios Razzie: Peor director. 5 nominaciones, incluyendo peor película y guión


SINOPSIS En el verano de 1870, Averill e Irvine terminan sus estudios en la Universidad de Harvard. Veinte años después, viven en circunstancias muy distintas. Averill, más serio y visiblemente más viejo, se ha convertido en un "marshall" federal. Por su parte, Irvine, destruido y arruinado por la bebida, pero todavía en su sano juicio, es miembro de la asociación Stock Growers Agricultores, que está involucrada en un conflicto.
CRÍTICAS ----------------------------------------
Tristemente célebre por ser paradigma del fracaso de una productora, pues recaudó en taquilla (3,4 millones de dólares) menos de la décima parte de lo que costó (35 millones), "Heaven's Gate" hundió a la potente productora United Artists (UA), que fue comprada al año siguiente por otra "major", la Metro-Goldwyn-Mayer (MGM). 
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"Creo que es una película dispersa y mutilada. Y se nota para mal. A mi me fascina el comienzo. Tiene cosas muy bonitas pero no es de mis películas favoritas." (Carlos Boyero: Diario El Mundo)

Incidente en Ox-Bow

Lo primero que llama la atención en esta cinta es cómo están rodados los caballos. Potencia, control, velocidad. La cámara en su sitio. Dan ganas de vender el coche y de comprarse un purasangre.

Lo segundo, la escena de la diligencia. Ella y él no cruzan una sola palabra y, sin embargo, todo queda meridianamente dicho. El juego de miradas habla por los codos. Una pequeña historia dentro de la historia. Un apunte emocional que dura lo que dura el paso de la diligencia.

A esas alturas, estás pegado a la pantalla. Intuyes, presientes, paladeas a priori el desenlace.
 
La escena clave cumple todas las expectativas. El mayor Tetley insta a los que estén en desacuerdo con el ahorcamiento a situarse al otro lado. Primera perversión de la justicia: el fiscal no debe demostrar la culpabilidad. Es el inculpado quien ha de probar que es inocente. William Wellman nos lo cuenta sin decirlo, haciendo que sean los que están a favor de posponer el linchamiento quienes tengan que moverse. El punto de partida es la condena.

Entra la música, un silbido lírico y sencillo que acompaña el movimiento de los siete disconformes. La melodía cala hasta los huesos. Desemboca en un acorde abrupto que da entrada a un plano que recorre el gesto airado del verdugo colectivo.

La ejecución es un fuera de cuadro y una sombra triple.

Segunda perversión de la justicia: la decisión mayoritaria es siempre respetable. Wellman cuida el pulso narrativo. Su mirada es irónica. No nos presenta una jauría sanguinaria. Nos muestra un simulacro de interrogatorio, una parodia justiciera, como si el asesinato en grupo pudiera ser un acto razonable.

Irrumpe la verdad: son culpables todos menos siete.

William Wellman nos regala un travelín para el recuerdo: ya en el bar, la cámara recorre –nuevamente– los rostros del verdugo colectivo. Caras desoladas, abiertas al abismo de lo irreparable. Por primera vez en toda la película sentimos empatía con el pelotón de linchamiento. Después de semejante plano la lectura de la carta es redundante. El cine no es literatura. Ningún texto puede ser más elocuente (dentro de la propia película) que la fila de gestos en la barra.

La ira lleva al acto infame. El acto infame lleva hasta el remordimiento. El peso de la culpa es infinito y no prescribe. Que Dios se apiade de vosotros –dice el sheriff–. Yo no tendré piedad.

Más allá de las cualidades morales de los individuos, más allá de la escisión maniquea entre buenos y malos, más allá de los principios personales, son los actos los que revisten una carga de bondad o de maldad. Y el acto violento y colectivo es sumamente peligroso. Tiende a ahogar en su caudal a la justicia.
TÍTULO ORIGINAL The Ox-Bow Incident
AÑO 1943




DIRECTOR William A. Wellman
GUIÓN Lamar Trotti (Novela: Walter Van Tilburg Clark)
MÚSICA Cyril Mockridge (AKA Cyril J. Mockridge)
FOTOGRAFÍA Arthur Miller (B&W)
REPARTO Henry Fonda, Dana Andrews, Mary Beth Hughes, Anthony Quinn, William Eythe, Henry Morgan, Jane Darwell, Frank Conroy
PRODUCTORA Twentieth Century-Fox Film Corporation
PREMIOS 1943: Nominada al Oscar: Mejor película
1943: National Board of Review: Mejor película


SINOPSIS El asesinato de un ranchero rompe la aparente tranquilidad de un pueblo del oeste americano. Ausente el sheriff, los hombres del pueblo deciden formar una partida para encontrar a los culpables.
 
 

Fort Apache

Fort Apache es John Ford. La aventura, los combates entre los indios y los americanos, las galopadas a toque de corneta, los carromatos siempre a punto de derrape, Monument Valley, la violencia justa, el valor necesario, el sentido del honor y el del humor, los mismos secundarios de siempre, tan excelentes como siempre, el hombre tranquilo (John Wayne) a quien ningún director le sacó tanto partido, los primeros planos, ese segundo justo que la cámara se detiene sobre un rostro para retratar un sentimiento, la familia con lo que conlleva y por encima de todo, su capacidad para filmar la naturaleza humana.

Además en Fort Apache, John Ford rueda el nacimiento de un mito, muy en la línea del General Custer, el de un "heroico" militar, el coronel Thursday, complicado personaje al que mueven los hilos de una deshonrosa degradación y que no duda en anteponer prestigios personales a intereses colectivos. Magnífico. Magistral Henry Fonda. Resultar odioso no es nada fácil para un actor y él lo consigue con su intolerancia, con su prepotencia, con su infamia para con los apaches al mando de un juicioso Cochise. La figura de los "salvajes" indios se engrandece con Ford y aunque eso no resulte atractivo para aficionados al western de americanos buenos e indios malísimos y sanguinarios, el Oeste resulta mucho más real y menos comic de ficción. Y el mito nace. Con su carga de falsedades históricamente convenientes y sus verdades anónimas. Con los verdaderos protagonistas entre las bambalinas de una historia corroborada por los silencios de quienes pudiendo hablar, callaron. Como el capitán Kirby York (John Wayne), anónimo y sin monumento al héroe desconocido.

Aunque su aire de bobalicona porcelana queda bastante bien para esa trama romanticona frecuente en la mayoría de westerns, no creo que Shirley Temple sea la mejor de las ladys fordianas. Puestos a elegir, Maureen O,Hara, Linda Darnell o la misma Joanne Dru hubiesen ofrecido más jugo o cuanto menos un jugo distinto. Respecto a los de siempre, Ward Bond y Victor McLaglen, soberbios en sus roles pura cepa O,Rourke.

Para Welles, los tres mejores directores clásicos estadounidenses fueron, según él mismo, John Ford, John Ford y John Ford. Yo me quedo con el primero, o con el último... Bueno, con el otro también.

TÍTULO ORIGINAL Fort Apache
AÑO 1948




DIRECTOR John Ford
GUIÓN Frank S. Nugent
MÚSICA Richard Hageman
FOTOGRAFÍA Archie J. Stout
REPARTO Henry Fonda, John Wayne, Shirley Temple, Pedro Armendariz, John Agar, George O'Brien, Anna Lee, Ward Bond, Victor McLaglen
PRODUCTORA RKO Radio Pictures


SINOPSIS Owen Thursday, general durante la Guerra civil (1861-1865) y recientemente degradado, llega a Fort Apache como teniente coronel acompañado de su bella hija Philadelphia para hacerse cargo del mando. Fort Apache, situado en medio del desierto, es un puesto militar fronterizo y sus soldados estan curtidos en las luchas contra los apaches mescaleros.

Horizontes de grandeza

Nos encontramos ante una de las grandes películas norteamericanas, posiblemente uno de los "westerns" más grandes y memorables, el "Cine en estado puro" en el que aparecen como nunca los grandes temas de siempre, tratados con gran esmero: el poder, la nobleza de espíritu, el amor verdadero, el despecho, el odio visceral al enemigo, el este frente al oeste, la civilización contra la barbarie... en suma, la esencia de un país forjado a base de grandes contradicciones, complejo y al mismo tiempo fascinante, y sobre todo (y es lo que nos interesa) que ha ofrecido tanto al cine. Grandes interpretaciones, sobre todo, de Burl Yves y de Gregory Peck, pero todos estan magíficos. Además, un valor añadido: cuesta encontrar películas en las que, como en esta, los silencios sean tan significativos para el desarrollo de la acción. La fotografía, la música... todo absolutamente al servicio del cine, del cine en estado puro...



Último western de William Wyler. Escrito por James R. Webb, Sy Bartlett y Robert Wilder, se basa en el relato breve "Ambush At Blanco Canyon", de Donald Hamilton, publicado por entregas en el Saturday Evening Post (2, 9, 16 y 23 de febrero de 1957), adaptado para la pantalla por Jessamyn West y Robert Wyler. Se rueda en exteriores de CA (Red Rock Canyon State Park, desierto de Mojave, rancho Drais...) y Arizona (Canyon Chelly National Monument), con un holgado presupuesto de más de 4 M dólares. Nominado a 2 Oscar, gana uno (actor reparto, Ives). Producido por William Wyler y Gregory Peck, se estrena el 1-X-1958 (EEUU).

La acción dramática tiene lugar en tierras de Texas en torno a 1886. El capitán de barco Jim McKay (Peck), retirado de la vida activa, llega a tierras de Tezas con el propósito de casarse con su prometida, Pat (Baker), hija del mayor Henry Terril (Bickford), que mantiene un enfrentamiento inmemorial con Rufus Hannessey (Ives), propietario de un rancho vecino. La mejor amiga de Pat es la maestra del lugar, Julie Maragon (Simmons), propietaria de un rancho rico en agua potable. Jim es culto, refinado, honesto, valiente, educado y bondadoso. Steeve Leech (Heston), capataz del rancho de Terril, es rudo y bravucón. El mayor es de carácter fuerte, altivo, dominante y patriarcal. Rufus es primario, autoritario y basto. Pat vive dominada por su padre y Julie es independiente, sincera y encantadora.

El film suma drama, romance, aventuras y western. Proyectado como un superwestern dispone de un gran elenco de protagonistas, una nómina brillante de secundarios, numerosos extras, un sistema avanzado de imagen (technirama, variante del scope), una banda sonora espectacular, movimientos de grupos numerosos (vaqueros, jinetes armados, cabezas de ganado...), paisajes inmensos, etc. Forma parte de las obras concebidas a finales de los 50 y principios de los 60 para atraer a la pantalla grande al público familiar aficionado a la TV. A tal efecto se le ofrecían prestaciones visuales y sonoras incompatibles con la pequeña pantalla.

La historia es sencilla, casi esquemática. Se enmarca en escenarios de western, pero no es una historia característica del género. Se podría haber situado en otras coordenadas de tiempo y lugar. Destaca la exploración que se hace de los sentimientos humanos, sus manifestaciones, variantes y los conflictos que provocan. Odio, afán de poder, amor verdadero, despecho, venganzas personales, celos y rivalidades se sitúan en el centro de la acción como factores de movilización y dinamización. El relato analiza la confrontación de mundos antagónicos e incompatibles: el del campo y la ciudad, el del Este y el Oeste, el de la civilización y la barbarie, el del pasado y el del futuro, el inmovilista y el proyectado hacia la modernización y el cambio, el violento y el que siente aversión por la violencia, el de los mayores y el de los jóvenes.
El protagonista es Jim, un antihéroe, enemigo de bravatas, peleas, pistolas y rifles. Respetuoso con todos, es amigo del diálogo, bondadoso y comprensivo. Llega de lejos para casarse y establecerse. Su figura se aleja de la característica del western clásico. La cinta incorpora elementos propios del western, como las luchas entre granjeros, las guerras del agua, el tema de la venganza, etc. Ofrece escenas memorables como el duelo a pistola, la pelea a puñetazos al amanecer, la doma del caballo salvaje, el abrazo de Julie a Jim antes del duelo, la secuencia del desfiladero, etc. Pese a su espectacularidad y belleza, el film acusa algunas rigideces, cierta artificiosidad y atisbos de empalago de grandeza, rebajados acertadamente con oportunos toques de humor.

La música, de Jerome Moross, se ha convertido con el tiempo en una pieza emblemática del género. El tema principal evoca la inmensidad física de las llanuras de Texas. Su ritmo y colorismo trasmiten sentimientos de afición a la aventura. Sobresalen los cortes "McKay en Cañón Blanco", "Trueno" y "Vals". La fotografía, de Franz Planer ("Vacaciones en Roma", 1953), levanta un magnífico espectáculo visual. Hace uso de grandes movimientos de grúa, planos generales, encuadres panorámicos, travellings y otros recursos, que pone al servicio de una exaltación panteísta de la naturaleza. Son notables las interpretaciones de Peck, del equipo protagonista y del cuadro de secundarios (Ives, Bickford, Connors...).
TÍTULO ORIGINAL The Big Country
AÑO 1958




DIRECTOR William Wyler
GUIÓN James R. Webb, Robert Wyler, Sy Bartlett
MÚSICA Jerome Moross
FOTOGRAFÍA Franz Planer
REPARTO Gregory Peck, Charlton Heston, Jean Simmons, Burl Ives, Carroll Baker, Chuck Connors, Charles Bickford
PRODUCTORA MGM
PREMIOS 1958: Oscar: Mejor actor secundario (Burl Ives). 2 nominaciones


SINOPSIS James McKay (Peck), un capitán de navío retirado, viaja desde el Este a las vastas llanuras de Texas para casarse con Pat Terrill (Baker), la hija de un rico ganadero. El choque entre McKay, hombre pacífico, culto y educado, y los violentos y toscos rancheros es inevitable. No sólo tendrá que enfrentarse con el capataz Steve Leech (Heston), sino que incluso su novia se sentirá decepcionada por su comportamiento. Mientras tanto, el padre de Pat y el clan de los Hannassey luchan encarnizadamente por el control del agua para abrevar el ganado.
CRÍTICAS ----------------------------------------
El conflicto entre el civilizado este (un magníficamente comedido Gregory Peck) y el salvaje oeste (un Charlton Heston duro y chulesco, como corresponde al futuro presidente de la Asociación Nacional de Rifle) dio lugar a uno de los más sólidos y bellos westerns de la historia del cine. Una música inolvidable, unos paisajes soberbios, una pelea mítica, secundarios de lujo y una Jean Simmons adorable hacen el resto. Imprescindible. 
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"Western grandioso y épico, un complejo retrato de personajes, tenso y eléctrico" (Miguel Ángel Palomo: Diario El País)
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Duelo al sol

La puesta en escena de “Duelo al sol” es de western, de eso no cabe duda, pero poco más. Por no tener, la peli de Vidor no tiene ni el duelo que promete su título.

“Duelo al sol” es más bien un correctito melodrama ambientado en Texas que bebe y vive de ese inagotable manantial que fue “Lo que el viento se llevó”. Aún así, el trabajo de Vidor es loable porque su agilidad narrativa y sus oportunas pinceladitas épicas consiguen maquillar con eficiencia las limitaciones de un guión bastante discreto y de algunas interpretaciones casi casi vergonzantes. Me estoy refiriendo, por supuesto, a Jennifer Jones. La entonces novia de Selznick inunda la pantalla con una presencia física descomunal, pero su papel roza lo patético. No porque Perla sea un putón verbenero, sino porque sus expresiones faciales son tan postizas como el tupé de Rodolfo Chikilicuatre. Algo mejor se desenvuelve Gregory Peck. Me ha encantado verle en plan calavera, alejándose oportunamente de ese perfil apagado y bonachón que suele caracterizarle.

Un pseudowestern, en suma, con algún que otro plano de singular belleza (King es de aquellos viejos zorros que siempre apostaron por el cine como espectáculo)que se puede ver con agrado si no se depositan demasiadas expectativas en él.


Desde el momento que Perla va caminando hacia su habitación con la lamparilla en la mano pasando por delante de los dos hermanos, ya se olfatea la tensión sexual e intuímos la actitud de ambos hacia ella. Aún sorprende tanta sensualidad en un título de los años 40, pero a David O. Selznick le gustaban las situaciones al límite.

Jennifer Jones se excede en gestos cuando muestra emociones fuertes, pero es fotografiada con maestría haciendo resaltar el blanco de sus ojos y dientes sobre su tez morena y lo que sí logra ésta es dar cuerpo a una criatura salvaje e inexperta que se convierte en centro de disputas y se debate entre la seguridad y la pasión
 
Joseph Cotten y Gregory Peck hacen acertadamente la encarnación del bien y el mal como reflejo de la personalidad del autoritario y visceral padre (Lionel Barrymore que estaba realmente en silla de ruedas desde hacía años) y tambiém aparece Lillian Gish, toda una superviviente que empezó con Griffith décadas atrás y siguió dejándose ver en más películas otras tantas décadas después.

Como en Lo que el viento se llevó, la personalidad de Selznick es la que manda y parece que hubo otros directores que intervinieron, pero quien firma es King Vidor, gran cineasta desde el mudo, versátil y eficaz, que lleva la historia con seguridad y buen ritmo obsequiándonos con espléndidas panorámicas, bellos primeros planos y majestuosos planos generales (la encendida fotografía en color plena de rojos es magnífica). 

La pasión desenfrenada cobra forma pocas veces en el cine: en Duelo al Sol cada uno de los elementos que la componen está dotado de fuerza, de energía intensamente romántica y clásica. Este filme sólo podría ser ejecutado por King Vidor, artesano de los sentimientos, poeta romántico, artista inigualable.

La escena inicial ( la que describe los sucesos relativos al padre de Perla Chávez ) ya por sí misma tiene mayor sabiduría fílmica que numerosas películas más loadas. Pero la película continúa en un recital de maestría en el que se encuentran comprendidas historias de amor fatal pero también de amor platónico, de dignidad, de egoísmo, de amistad, de violencia...

No es sólo por los que siente la protagonista hacia el personaje de Gregory Peck, sino por los que yo mismo tuve al ver la película. Es innegable la belleza de los paisajes, de esa fotografía en color tan peculiar ( los tonos rojizos del atardecer) y de que es una película con cierta fuerza dramática y momentos de acción que consiguen hacer entretener y no aburrirte. Sin embargo, las actuaciones son irregulares y el guión no está bien elaborado en cuanto al tema de los personajes. Jennifer Jones abusa de la sobreactuación y resulta poco creíble, lo que perjudica un montón a la película ( hay momentos dramáticos que te pueden parecer hasta risibles ), el guión no sabe desarrollar bien psicológicamente a los personajes ( sobre todo el protagonista, claro ) y da la sensación de intentar repetir lo que supuso "Lo que el viento se llevó" ( dramón en el Oeste pero con personajes parecidos ).
No se puede negar su condición de clásico

En él la sencillez y el lirismo de J. Ford o de H. Hawks, sin embargo sí pude ver un film apasionado y de tonos épicos con un hilo principal amoroso pero que tiene como trasfondo la eterna lucha por la propiedad de los territorios occidentales de una nación cuya frontera aún parecía no vislumbrarse en el horizonte.

La inmensa interpretación de Lionel Barrymore, cuyo personaje se alza sobre los demás y se impone como mejor baza del filme, representa a ese colono que llegó del este atravesando un dificultoso y largo camino, el cual, una vez alcanzada la meta, no está dispuesto a abandonar por ningún precio su valiosa posesión que antes de iniciar el viaje formó parte de la Tierra Prometida. Ese descomunal esfuerzo despierta en él un sentimiento de agresividad: la defensa de la propiedad rural.

Vidor logra narrar de forma ligera y transparente una historia en la que los personajes están impecablemente perfilados y cuyo final no me pareció de lo más acertado, amén de lo atípico que resulta. La estupenda música de Dimitri Tiomkin y la espectacular fotografía de inspiradísimos planos, acompañadas de las buenas actuaciones de Joseph Cotten y Gregory Peck, hacen de éste un gran western sólo empañado por la ridícula interpretación Jennifer Jones.

Duelo al sol forma parte de esos contados títulos imprescindibles y si sólo se fracasa en la dirección de la Jones, es de suponer que con el tiránico Selznik emcima poco podía hacer Vidor para contener a la que por entonces era la chica del productor.

La escena de la muerte de Laura Belle con la cámara mostrando la mecedora en el exterior movida violentamente por el viento mientras la lluvia cae sin cesar es antológica.
 
TÍTULO ORIGINAL Duel in the Sun
AÑO 1946




DIRECTOR King Vidor
GUIÓN Ben Hecht, David O. Selznick, Oliver HP Garrett (Novela: Niven Busch)
MÚSICA Dimitri Tiomkin
FOTOGRAFÍA Lee Garmes, Harold Rosson, Ray Rennahan
REPARTO Jennifer Jones, Gregory Peck, Joseph Cotten, Lionel Barrymore, Walter Huston, Lillian Gish, Harry Carey, Charles Bickford, Otto Kruger, Herbert Marshall
PRODUCTORA David O. Selznick
PREMIOS 1946: 2 nominaciones al Oscar: Mejor actriz (Jennifer Jones), actriz sec. (Lillian Gish)


SINOPSIS Pearl (Jennifer Jones), una joven mestiza es enviada a vivir a Texas, al rancho del estricto senador McCandless (Lionel Barrymore). La joven india llama la atención de los hijos del senador: el siempre educado y cortés Jesse (Joseph Cotten) y el salvaje e impulsivo Lewton (Gregory Peck). Pronto los dos hermanos rivalizan por el amor de la atractiva chica.
CRÍTICAS ----------------------------------------
Hay películas que se hacen por encargo... pero esta se hizo por amor; David O. Selznick produjo este épico western para lucimiento de su novia Jennifer Jones. Así, por este bienvenido capricho, podemos disfrutar de una entretenida y apasionada historia de romances y rivalidades familiares con legendarios personajes y final memorable. Una gran película.

Cielo amarillo

Dirigida por William A. Wellman ("Beau Geste", 1939), se basa en la novela "Yellow Sky", de William Riley Burnett (autor de "The Asphalt Jungle", 1949), inspirada en "La tempestad", de William Shakespeare. Se rueda en B/N, en Alabama Hills, Parque Nacional del Valle de la Muerte y Owens Lake (CA). Obtiene un premio WGA (guión de western). Producida por Lamar Trotti, se estrena en diciembre de 1948 (EEUU).

La acción tiene lugar en 1867, poco después de la Guerra Civil, en una localidad fronteriza indefinida de Arizona y en el pueblo abandonado de buscadores de oro llamado Yellow Sky. Narra la historia de un grupo de 7 forajidos, antiguos militares unionistas, desarraigados tras la guerra, liderados por James "Stretch" Dawson (Gregory Peck).

La película se enmarca en un paisaje desértico, abandonado y áspero, que acompaña el desbordamiento de pasiones salvajes de codicia, egoismo, celos, venganza, afán de poder. El relato desarrolla un potente arco dramático, rico en suspense, que culmina en enfrentamientos de gran violencia, inusuales en su momento. Pese a ser un western singular y atípico contiene los principales elementos del género: indios amenazadores, tiroteos, peleas a golpes, "saloon", forajidos y duelos. Es destacable la figura de la muchacha Constance Mae "Mike" (Anne Baxter), desenvuelta, que viste ropa de hombre, es diestra en el manejo de las armas y no rehuye las peleas. Desborda naturalidad, erotismo, sensualidad y feminidad. La atmósfera del film está construida en ambientes de oscuridad densa, con escenas nocturnas, espacios cerrados, proyección de sombras y claroscuros opresivos. Incluye una larga sucesión de crímenes, asesinatos entre forajidos, intentos de violación y un estremecedor duelo fuera de campo, que es la escena más destacada del film.

La música, de Alfred Newman, aporta gratas variaciones sobre un tema central de aires épicos, al que añade una canción tradicional. La fotogrfía, de Joseph MacDonald ("Pasión de los fuertes", 1946), es rica en recursos y hace uso de claroscuros tenebristas de gran fuerza. Sirvió de base a "The Jackals" (1967), de Robert Webb. Las interpretaciones de Baxter, Peck y Widmark son convincentes. La película es entretenida, vibrante, intensa y absorbente.

TÍTULO ORIGINAL Yellow Sky




PAÍS
DIRECTOR William A. Wellman
GUIÓN Lamar Trotti (Historia: WR Burnett)
MÚSICA Alfred Newman
FOTOGRAFÍA Joseph MacDonald (B&W)
REPARTO Gregory Peck, Anne Baxter, Richard Widmark, Robert Arthur, John Russell, Henry Morgan, James Barton, Charles Kemper
PRODUCTORA 20th Century Fox


SINOPSIS Una banda de ladrones de bancos recorre el desierto y llega a un poblado fantasma. El guión de Lamar Trotti se basa en una historia de WR Burnett y en "La Tempestad" de William Shakespeare.