Está claro que nos encontramos
con uno de los western más significativos e importantes de toda la
historia del cine, y es normal, entre otras cosas porque desde el último
hasta el primero de los componentes de la película se encuentran en su
mejor momento artístico y técnico, desde productores, músicos, actores,
guionistas, fotógrafos... y por supuesto John Ford que está en un
instante ya de sapiencia y madurez irrepetible. Lo que vemos en la
pantalla es una orquesta que no desafina y que toca como los ángeles.
Otra cosa es que el género en aquellos primeros años 60 se estaba agotando y que la gente quería ver otras cosas. Ford lo comprendió y con esta película se despide de dicho género el que más le agradó, iniciando el western crepuscular que luego tanto sería imitado a finales de los sesenta, en la década de los setenta y hasta en “Sin perdón”. Porque aunque hizo dos más del oeste, no debemos olvidar que “La conquista del Oeste” sería una manera de presentar un recopilatorio homenaje al género y con “El gran combate” tendríamos una especie de nunca digas nunca jamás que todos los grandes tienen. Pero es aquí, en “El hombre que mató a Liberty Valance” donde tenemos su testamento sobre el western.
Me gustaría centrar mi exposición sobre todo en el mensaje y moraleja de esta película porque es contradictoria, compleja y extraña. Por un lado es una película progresista (sí, y es de John Ford), cree en la evolución de las sociedades, del hombre y por lo tanto que la civilización se impone a la barbarie; pero al mismo tiempo la película tiene una idea que muchos no pueden compartir pero que es evidente: El Estado al margen de las leyes y los políticos siempre tendrá que tener hombres como Tom Doniphon (John Wayne) para poder combatir a ciertos elementos de la sociedad que no respetan las normas y la convivencia. Sin ese tipo de hombres no hubiésemos tenido ni tendríamos la paz de la que ahora disfrutamos.
Hace tiempo leía en una página web que Liberty Balance sería la representación del terrorismo de nuestros días y que para luchar contra estos individuos que no respetan nada, no vale sólo el Estado de Derecho, sino un John Wayne que sería una especie de G.A.L. Quizá pudiera parecer excesiva esta afirmación pero creo que en realidad no va muy desencaminada del mensaje de Ford.
Particularmente la historia de amor me parece preciosa; quien sabe, probablemente Vera Miles siempre quiso a John Wayne pero se casó con Ranse Stoddard (James Stewart) por seguridad como hacen la mayor parte de las mujeres. Esa flor de cactus en su ataúd y la pregunta del Senador a su mujer con la mirada perdida es una prueba de ello. Por cierto, extraordinario Lee Marvin.
Otra cosa es que el género en aquellos primeros años 60 se estaba agotando y que la gente quería ver otras cosas. Ford lo comprendió y con esta película se despide de dicho género el que más le agradó, iniciando el western crepuscular que luego tanto sería imitado a finales de los sesenta, en la década de los setenta y hasta en “Sin perdón”. Porque aunque hizo dos más del oeste, no debemos olvidar que “La conquista del Oeste” sería una manera de presentar un recopilatorio homenaje al género y con “El gran combate” tendríamos una especie de nunca digas nunca jamás que todos los grandes tienen. Pero es aquí, en “El hombre que mató a Liberty Valance” donde tenemos su testamento sobre el western.
Me gustaría centrar mi exposición sobre todo en el mensaje y moraleja de esta película porque es contradictoria, compleja y extraña. Por un lado es una película progresista (sí, y es de John Ford), cree en la evolución de las sociedades, del hombre y por lo tanto que la civilización se impone a la barbarie; pero al mismo tiempo la película tiene una idea que muchos no pueden compartir pero que es evidente: El Estado al margen de las leyes y los políticos siempre tendrá que tener hombres como Tom Doniphon (John Wayne) para poder combatir a ciertos elementos de la sociedad que no respetan las normas y la convivencia. Sin ese tipo de hombres no hubiésemos tenido ni tendríamos la paz de la que ahora disfrutamos.
Hace tiempo leía en una página web que Liberty Balance sería la representación del terrorismo de nuestros días y que para luchar contra estos individuos que no respetan nada, no vale sólo el Estado de Derecho, sino un John Wayne que sería una especie de G.A.L. Quizá pudiera parecer excesiva esta afirmación pero creo que en realidad no va muy desencaminada del mensaje de Ford.
Particularmente la historia de amor me parece preciosa; quien sabe, probablemente Vera Miles siempre quiso a John Wayne pero se casó con Ranse Stoddard (James Stewart) por seguridad como hacen la mayor parte de las mujeres. Esa flor de cactus en su ataúd y la pregunta del Senador a su mujer con la mirada perdida es una prueba de ello. Por cierto, extraordinario Lee Marvin.
Por
sacarle algún pero, coincido con algún usuario más que la parte
electoral es un tanto reiterativa y está un poco estirada, aunque sirve
para ver como juristas y periodistas no han abandonado el poder desde
entonces hasta nuestros días y parece que son los únicos que pueden y
saben hablar de política.
Evidentemente “El hombre que mató a Liberty Valance” es infinitamente
mejor que la aceptable “Centauros del desierto” y no es la única, podría
citar casi una decena de películas que son mucho mejores que la
señalada del maestro Ford.
TÍTULO ORIGINAL | The Man Who Shot Liberty Valance |
---|---|
AÑO | 1962 |
DIRECTOR | John Ford |
GUIÓN | James Warner Bellah & Willis Goldbeck (Historia: Dorothy M. Johnson) |
MÚSICA | Cyril Mockridge (AKA Cyril J. Mockridge) |
FOTOGRAFÍA | William H. Clothier (B&W) |
REPARTO | James Stewart, John Wayne, Lee Marvin, Vera Miles, Edmond O'Brien, Andy Devine, Ken Murray, John Carradine, Jeanette Nolan, John Qualen, Woody Strode, Lee Van Cleef, Strother Martin, Denver Pyle |
PRODUCTORA | Paramount Pictures |
SINOPSIS | Un anciano senador del Congreso de los Estados Unidos, Ransom Stoddard (James Stewart), relata a un periodista la verdadera historia de por qué ha viajado junto a su mujer Hallie (Vera Miles) para acudir al funeral de un viejo amigo, Tom Doniphon (John Wayne). Todo comenzó muchos años atrás, cuando Ransom era un joven abogado del este que llegó en diligencia a Shinbone, un pequeño pueblo del Oeste, para ejercer la abogacía e imponer la ley. Poco antes de llegar a su destino, es atracado y golpeado brutalmente por el temido pistolero Liberty Valance (Lee Marvin) |
---|---|
---------------------------------------- Maravilloso western, sin duda uno de los mejores de la historia del cine. ----------------------------------- |
No hay comentarios:
Publicar un comentario