Corazones Indomables” forma parte de ese registro cinematográfico que
nos acompaña las sobremesas del fin de semana. Cine puro de Ford,
costumbrista y patriótico, que disfrutarán como siempre aquellos que se
dispongan a verla sin prejuicios y sin dejarse llevar por la apariencia.
Entonces, ahondarán en el fondo de la obra y verán las verdaderas
intenciones del cineasta. Intenciones por cierto que grabó por primera
vez en Technicolor alcanzando una visualidad excepcional. La cantidad de
colores, los retratos pictóricos y, en definitiva, las bellas imágenes
que acompañan a todo el film hacen de él un regalo para la vista.
El guión es bueno, entretenido y más cercano a la aventura que a otro
género. La historia se centra en un joven matrimonio del Este que, antes
del comienzo de la Guerra de Independencia, deciden ir hacia el Oeste y
establecerse como granjeros cerca de la frontera, en territorio Mohawk.
Allí, Lana (Claudette Colbert) y Gil Martin (Henry Fonda),
evolucionarán tanto personalmente como en su relación. Golpeados
constantemente por las consecuencias de una Guerra ya iniciada, los
ataques de los conservadores pro-ingleses y sus aliados indios les
dejarán sin casa y les harán vivir situaciones límites con la amenaza de
la muerte siempre presente. Destacar sobre todo el personaje de Lana.
Mujer de familia acomodada, se irá amoldando a las dificultades de ser
una “mujer de frontera” y terminará cumpliendo a la perfección los
cánones que presentaban los personajes femeninos de Ford: temperamentos
fuertes, de marcado instinto familiar y que no dudan en coger el arma y
colocarse al lado de su marido. Esta característica abrió a Colbert un
abanico espléndido para lucirse y hacer de su actuación la más destacada
de todas. No olvidar tampoco a Edna May Oliver como Mrs. McKlennar, una
interpretación personalísima y que le valió una nominación al Óscar
como mejor actriz de reparto. Mientras, Fonda se mueve en un registro
muy apropiado para él y que le serviría como perfecto preámbulo para
encarnar un año después a Tom Joad en “Las Uvas de la Ira”.
La cinta termina con un desenlace fordiano típico donde los planos
emotivos o el mensaje final rotundo y moralista aparecen para conmover
al espectador. No tan exaltada y aclamada como otras producciones de su
filmografía, “Corazones Indomables” es una notable muestra de cine de
aventuras que entretiene.
TÍTULO ORIGINAL | Drums Along the Mohawk |
---|---|
AÑO | 1939 |
DIRECTOR | John Ford |
GUIÓN | Lamar Trotti & Sonya Levien |
MÚSICA | Alfred Newman |
FOTOGRAFÍA | Bert Glennon & Ray Rennahan |
REPARTO | Claudette Colbert, Henry Fonda, Edna May Oliver, John Carradine, Arthur Shields, Robert Lowery, Ward Bond |
PRODUCTORA | 20th Century Fox |
PREMIOS | 1939: 2 nominaciones al Oscar: Mejor actriz de reparto (Edna May Oliver), fotografía |
SINOPSIS | A principios de la Guerra de la Independencia Norteamericana (1775-1783) Colbert y Fonda forman parte de un grupo de campesinos rebeldes establecidos en una zona fronteriza del norte del estado de Nueva York, en la que luchan contra las tropas británicas y contra los indios. El maestro Ford exalta el espíritu patriota y los valores pioneros de los colonos al tiempo que retrata otro capítulo de la historia americana. |
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